A pocos kilómetros de Burgos y en una zona interesante está uno de los lugares más "comentados" de este nuestro país en los últimos tiempos pero no por ello especialmente visitado. En una zona no especialmente atractiva en tiempos se construyó una recorrido para un tren de carácter minero (de pequeño tamaño) que fracturó una zona en la que han aparecido los famosos materiales de Atapuerca, con los que se han creado los fondos del Museo de la Evolución Humana.
Es curioso ver la minuciosidad con la que trabajaba el becario Isidoro, muy amable el amigo, en labor más parecida a la del relojero que a la de un excavador.... cómo van extrayendo entre un marasmo de barro, tierra piedra y capas, desde el famoso molar de un erizo hasta una cornamenta de ciervo. En el Museo vi que había piezas de osos, leones, hipopótamos, rinocerontes, ratas, erizos, de todo.... no se si todas corresponden a la famosa sima pero es impresionante el lugar y lo que rezuma.
En las paredes se pueden ver las finas picadas del experto, las huellas y mensajes que va dejando, las coordenadas de excavación y los próximos filones donde hincar el pico.... un lugar fascinante que te evoca a aquel "Parque Jurásico" Spielbergiano.
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