Aquí os muestro esta lamentable pieza encontrada en un mercadilo. Pertenece a uno de mis madelmanes preferidos, el Corsario Dick el Tuerto. El propietario debió de tener un subidón metálico y no se le ocurrió otra cosa que grafitearla con las bandas matriz de heavy metal que se escuchaba (y se escucha) por estas tierras. Ahora sólo falta guardarla para cambiársela a algún fan de Madelman que, además, sea un jevitrón de pro.
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