Salvador Trallero es "compañero de milicia" como él dice, pero sobre todo amigo y persona interesante, inteligente y especial. Ya entonces hicimos buenas amigas, en aquellos lejanos tiempos del viejo Cuartel de San Lamberto. Han pasado 30 años desde entonces y el camino nos vuelve a encontrar en un gusto común por la historia, el patrimonio y el transcurrir cultural de nuestro espacio de vida, la ciudad.
Salvador hoy ha presentado en El Corte Inglés su exitoso libro "Zaragoza antigua". Me ha encantado como ha empezado su charla; "Soy Salvador Trallero, soy de Sariñena y soy pastelero". No puede haber una manera más sencilla y bonita de empezar por parte de la persona que ha creado el libro que más se ha vendido estas Navidades en nuestra ciudad. Salvador, desde su Sariñena del alma, empezó hace un tiempo, de manera absolutamente vocacional y emocional, una carrera editorial que casi surgió como por casualidad. Su comienzo fue con "Sariñena antigua", y ya van 19 libros. Surgió la posibilidad de este nuevo proyecto, muy ambicioso.
Hay mucha literatura de nuestra ciudad, pero no hay un libro de estas características, y Salvador, tipo inteligente y sensible, buscó el hueco. 28 meses de trabajo duro, investigación, visitas a fondos privados e institucionales de fotografía y documentación, cuidado y mesura, todo ello desemboca en este excelente y yo diría, imprescindible libro para cualquier habitante de nuestra ciudad. Para mi, no es un libro de fotografía, es un libro de historia, de historias, detalles y paseos. Es un justo homenaje a una ciudad maltratada, una especie de acercamiento hacia ella, hecho con cariño, buscando que se la quiera más, que se la conozca con más profundidad para ayudar a que sea mejor conservada. El libro es maravilloso, lleno de anécdota, datos nunca sabidos, significados de espacios desconocidos, imágenes algunas ya visionadas, otras sorprendentemente jamás paladeadas. El Puente de Piedra, Independencia, Sagasta, El Coso, la Plaza de toros, La Magdalena, la Torre Nueva.... las mujeres con tinajas, las carretas, los militares a caballo, los aguadores, los viejos tranvías, una Zaragoza cercana pero, a la vez, muy lejana. Casi 200 páginas lujosamente maquetadas, con gusto. No es la calidad de las fotos lo que importa, sino el documento histórico que muestran. Falta mucho, muchísimo, sobre todo de la Zaragoza contemporánea, de aquellos 50-80 del siglo pasado que muchos adoramos porque tanto hemos vivido, pero es imposible abarcar tanta información.... el libro abre puertas, crea inquietudes y busca dar un chispazo a nuestra sensibilidad intelectual para con nuestra ciudad, como diciendo "cuídenla un poquito por favor".
Magnífica y sensible la literatura que acompaña a la imagen, no sólo la apoya, sino que la impulsa, le da significado, la agranda, es un equilibrio necesario, no profundo, tampoco anecdótico, lo dicho, amable y sencillo, buscando que salte el ON en el cerebro.
Hablaré un día con Salvador, tranquilamente, para comentar sobre el comercio zaragozano desaparecido, sobre cafés, cantinas, tiendas, comercios, tenderetes, kioskos, cines, churrerías, casas de comidas, fondas, talleres, herrerías, imprentas fábricas, panaderías, y tantas otras maravillas que antes poblaban las calles y formaban parte de nuestras vidas y que ahora sólo permanecen en el recuerdo de unos pocos.
El libro está en El Corte Inglés y otras librerías. Os lo recomiendo vivamente.
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