Asisto atónito al desastre patrimonial de mi ciudad. Cuando uno viaja por esos mundos de Dios, que no hace falta sean muy lejanos, ve como las ciudades y los ciudadanos conservan sus comercios, su historia y sus espacios como algo importante del valor generado por su devenir de los años.... Polonia, Italia, Francia, Alemania, USA, Norte de Europa, hasta Portugal.
Arquitecturas, comercios, imágenes llenas de encanto, diseño y nobleza, centenarias, bicentenarias, jalonan los pueblos y ciudades europeos sabiendo que en lo diferencial, lo valioso, está lo que mecere la pena, incluso el marketing y el negocio.... se trabaja a medio-largo plazo, con el valor de la memoria.
Aquí no.... aquí funciona el cortoplacismo, la peseta inmediata, la estupidez. Farmacia Bosqued, comercio centenario cerrado en el Salón de la ciudad, maderas y armarios de cierta nobleza, suelos y techos de 1900, pasó el bulldozer y llegaron los del aluminio, la escayola y el foco barato para convertir el local, de mármol con letras en bronce (ya quitadas por supuesto) en una mierda más. En la ciudad de Lucca pude admirar con una deliciosa tienda de paños conservaba impecable la fachada integral de 1895, eso sí, en medio un pequeño rótulo, elegante; Massimo Dutti. ¿Porqué? porque la normativa les obliga a mantener el escenario histórico.... sino, la franquicia pasa el bulldozer.
Heraldo ha arrasado sus nobles y pesadas puertas de entrada a la calle, de esas tan estupendas como las que tiene cualquier periódico centenario que se precie, han puesto una auténtica mierda rematada con unos espejos dignos del peor de los antros, lastimoso.
No nos engañemos, la sensibilidad de las empresas ante estas cosas es nula, la responsabilidad es de quien regenta y es responsable de nuestro patrimonio histórico.... y los locales comerciales, los patios de vecinos, las casas históricas, son trama viva de la ciudad, nuestro legado. Nunca seremos nada porque borramos lo que hemos sido.... seguiremos cometiendo errores y haciendo el ridículo en el mundo porque no conocemos nuestra historia ni la belleza que hemos generado, simplemente la destruimos, la tratamos como basura porque pensamos que somos basura....desastre de autoestima.... Por eso Zaragoza nunca jamás será una ciudad para pasar 2-3 días de disfrute, porque nada habrá que visitar, ningún cafetín delicioso donde desayunar, ningún cine de calidad que disfrutar, ningún café-cantante al que invitar a un extranjero y ningún comercio historico que fotografiar.
En Filadelfia conservan hasta las viejas heladerías de principio de siglo.
Somos el ridículo patrimonial del mundo occidental.
(Perdón por la foto, estaba tan cabreado que me ha salido así de asquerosa).
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