Extracto de una pregunta de una entrevista en EL PAÍS a Manuel Vázquez (Enero de 1982).
- ¿Cuántas veces ha estado en la cárcel?
"Tres veces, pero poco tiempo. El récord lo tengo en seis meses. Lo
suficiente para saber que si entras es difícil salir limpio. Yo me
divertí, lo pasé bien. Estando allí hubo un incendio, apagué el fuego,
salvé a un guardia y me dieron una mención de honor. En la Modelo cada
uno se relacionaba con los de su élite, y claro, yo me relacionaba con
los estafadores. Los había tremendos: de casas de discos, de
urbanizaciones, algunos de grandes quiebras. Gente gorda. Allí tenían
hasta chicas, no te digo más; menos salir a la calle, lo que quisieran.
Vino, coñá, conversaciones mundanas y elegantes. Todos eramos unos
señores. Y nadie negaba nada. Te decían “pues cuando salga voy a hacer
una operación de tantos millones”. Era lo normal. Era gente clara, y no
los de la editorial, que te hablaban de un nuevo proyecto, que tú ibas a
hacer tantas páginas, y luego veías que te reproducían mil veces sin
pagarte un duro. Porque, mira, yo tengo la teoría de que un estafador es
el tío que saca los ahorros a la gente de la calle prometiendo unos
pisos en la playa y que luego es mentira. Pero cuandoun tío etafa a unos
riquísimos que tienen una tela, a una gente que ha estafado toda su
vida a los demás, eso es un señor. Es igual que cuandouna prostituta te
dice, “Bueno, ¿Qué pasa?, me lo he ganado con mi coño”. Es una señora.
Es una cuestión de negocios. Pero esas otras que van de finas y resulta
que... ¡Vamos, eso sí que es una verdadera prostituta! Las mujeres de
los amigos dicen que tienen affaires. Las prostitutas nunca te engañan.
Es gente sana y sincera. Te lo digo Yo."
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