Bueno, seguimos apolillados y a la sombra, como el Conde de Montecristo, pero con un poco más de confort. Un breve olisqueo por pequeñas piezas de buhardilla, todas ellas muy evocadoras de tiempos analógicos, nada digitales, llenos de ruedas y juegos de otros tiempos. Espero que todo estén en perfecto estado de revista y esta sencilla cita semanal sirva para sonsacar una pequeña sonrisa.
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