HOMENAJE, RESPETO Y MEMORIA

Tras 32 días metido en el laboratorio, tono facial apergaminado y articulaciones oxidadas una cosa sí he sacado en claro, los profesionales sanitarios son gente de talante vocacional. No soy de salir a las 8 a aplaudir y esas cosas, tengo suficiente con un vecino que, cada día, sale tambor en ristre a redoblar durante unos cuantos minutos, pero sí quiero hacer dos cosas humildes y simbólicas. Una, lo dicho, rendir un homenaje a todo buen profesional, desde el mensajero, médico, empleado de hogar, bombero, policía, a mis compañeros de empresa que están en el frente, unos cuantos de ellos contagiados y enfermos. Otra, lucir durante una semana un lazo negro en el rótulo de esta pequeña almoneda. Ya que este gobierno, de forma totalmente injustificada, no es capaz por la razón que sea, de ondear a media asta esas banderas institucionales tras 20.000 muertos, seamos los de infantería, quienes con pequeños y silenciosos símbolos, recordemos a tantos miles de abuelos, abuelas, mayores solos, profesionales asistenciales, médicos y sanitarios que han caído en la pelea. La moral siempre alta y esperanza en los corazones, pero homenaje y recuerdo a los que no pasaron el corte.