Qué maravilla y qué rato más estupendo he pasado viendo esta esperada exposición. Me consta que no ha venido tan completa como estuvo en ciudades como Madrid, en donde se exponía la soberbia capa de Gary Oldman en el Drácula de Coppola, pero tampoco la he echado demasiado en falta.
Estas exposiciones cinematográficas de CaixaForum están sólidamente amparadas por los fondos de la Cinematheque Francaise, como paso con la de Meliés, y el material que llega es exquisito, sensible y, además, esta expuesto con primor. Iluminación, texturas, colores y sombras en un paseo que lleva por todo el universo transversal del vampiro, desde la literatura (qué bonitos libros), al cine, con carteles divinos de todas las épocas, o ese fascinante de Abbott y Costello, el Baile de los Vampiros de Polanski, con trozos de guión, y las clásicas referencias a Nosferatu, Lugosi, Lee y Kinski.
He echado en falta algunas cosas, como un homenaje a ese Van Halsing mítico de Peter Cushing, alguna referencia a M, el Vampiro de Dusseldorf o un homenaje a Gene Colan, dibujante de las sombras, nadie como él ha entintado la nocturnidad del vampiro.
No puede faltar una visita a la tienda, porque hay cosas estupendas. La camiseta, limpia y con apariencia de telaraña, el catálogo es formidable, imprescindible y bellísimo, con una exquisita impresión roja sangrienta en su lomo y hoja. También hay homenaje al cómic, con nuestros queridos Vértice lustrosos en vitrina, ese original tremendo de Fernández, Vampirella, la Tumba de Drácula.... un festín.
Drácula, Sherlock Holmes, el Hombre Lobo y el Sr.Hulot son mis cuatro personajes de ficción preferidos, reconozco que no soy imparcial, pero si le gusta a usted el cine y quiere adentrarse en un bonito, no muy grande pero impactante encuentro con los no muertos, pásese por esta exposición que es un lujo para nuestra ciudad.
Hay proyecciones interesantes a las que pienso acudir, el imperdible Nosferatu y el primer Drácula de Lee, verlos en pantalla grande tiene que ser apocalíptico.