JUST FOOTBALL

Me gusta el fútbol, y me gusta el buen fútbol, el de jugones. Me encanta como juega el Barça desde que vi aquel equipo del año 90, fue un flechazo y ya han pasado más de 30 años. No me gusta el club, su toque político, su uso de las banderas, su idiotez lingüística, su utilización y manipulación, pero bueno, solo es fútbol. Como siempre me gustó el jogo bonito de Brasil, los taconazos de Sócrates, el juego de Zico, Eder, Romario, Ronaldinho, Toninho Cerezo, Junior o el propio Pelé, como me ha encantado el juego de la selección italiana en esta Eurocopa... quién lo diría de los italianos. 

Messi es un jugador argentino con alma de toque brasileiro, es una bestia que he tenido la suerte de poder ver, ya hace años, en nuestro querido estadio de la Romareda de Zaragoza, varias veces. Ha sido muy bonito. Como fue muy bonito ver a Johan Cruyff, o Rivaldo, el mismo Ronaldo.... y pasan los años, los jugadores y los clubes siguen, y el fútbol se complica, se industrializa, se convierte en un juguete global con unos intereses enormes, que copan todo los ámbitos de la comunicación. Y Messi se va y no pasa nada. Vendrán nuevos. 

Yo es el mejor jugador que he visto, y he visto hasta a Pelé con el Santos en Zaragoza, es algo brutal, tiene como una especie de sónar en el cráneo y una velocidad de ejecución que se deberá seguramente a un estructura cerebral especial. No es un líder ni es un tipo empático, solo un tipo en calzoncillos que le da bien a una pelotita.

Y me parece bien que cambie el escenario, que se deje hueco a nuevos talentos, que se corran pequeños riesgos y se apuestan por nuevas fórmulas, simplemente es fútbol. Con todo lo que está cayendo, que la preocupación de los medios sea la tristeza y la desazón de un señor que cobra 75 millones de euros netos (tela) y de los mensajes de unos señores en calzoncillos millonarios que twiteean desde Ibiza mojito en mano es algo que un marciano miraría con extraña estupefacción.

Yo me quedo con el simple hecho de ver esas jugadas y esos goles, como puro divertimento y evasión, sin forofismos, sin locuras... intentar entender qué especial tienen estas personas con estas habilidades físicas tan peculiares y admirar la estética de un buen gol o un juego coral tipo Brasil 82. Todo lo demás es un curioso circo un poquito decadente y que, en un momento dado, hará crack.