La verdad es que no dejo de sorprenderme ante las cosas que puede ofrecerte un simple escaparate. Una tienda de Zaragoza de ropa para niños de cierto standing. Nada mejor que poner un maniquí de chimpancé, ponerle una cuca toquilla y ropaje blanco sarinado y sentarlo en una mini Vespa aguamarina. Aplauso y vítores en el graderío.
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