Guardo este peseta mal acuñada como oro en paño, no por su valor crematístico, que imagino será 0,0 sino por lo valiosa que siempre ha sido para mi.
Me la regaló mi padre, grandísimo experto en convertir historia monótonas y vulgares en inolvidables. Según me contó (jamás sabré la historia real), un amigo suyo que trabajaba en el Banco de España (tela marinera, no me dijo en las cajas fuertes porque no le apeteció) se la dió como un ejemplar único, de esos que jamás se producen, de ahí que mi padre me contara que practicamente era "única en el mundo".
Obviamente, ante tamaña historia, este que escribe guardó la peseta más especial del universo bajo 7 llaves e incluso me animó a empezar a coleccionar pesetas inusuales, aunque nunca conseguí una igual.
Con los años me he hado cuenta lo importante que son estas historias que pocas veces se acercan a la realidad (y qué más dará) pero te hacen soñar, te emocionan y son mucho más interesantes que la mediocridad imperante. Gracias Papá por esta gran historia.
2 comentarios:
Su precio tendrá. Hay gente que colecciona monedas con errores, pero seguro que no vale lo que su historia que tiene para tí.
Un abrazo
Si que tienen precio si, lo he mirado... pero es invendible... je, un abrazo Guti
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