Don Francisco, fue un honor y un privilegio. Sencillo hasta el último día, queriendo agradar hasta en la despedida, todo un caballero y mejor persona. El humor, la creatividad, la timidez si se quiere, hace que muchos de los mejores que, parece que siempre estén riendo, no lo hagan tanto. No se le perdona al que divierte el silencio, la soledad o el que no haya que mantener la carcajada sí o sí.
Han sido tiempos complicados para todos, y su silencio así la corrobora, pero lejos del ruido los número uno llevan su peso y sus historias constuidas con la discrección, que sus mayores y otros tiempos, más corteses, les enseñaron. Este blog se llama el Milloncete pero, le garantizo allá donde esté, que podría llamarse perfectamente El Plano de Alí-Gusano.
2 comentarios:
¡Que suerte poder tener ese recuerdo!. Me encantaría poder tenerlo como recuerdo, despedida y punto final del genio que fue Ibáñez.
Sí, un detalle de mucha calidad, con una sonrisa, algo muy habitual en Barcelona pero sin el alegórico dibujo del maestro, abrazos
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