Sigo en mi peregrinar por espacios interesante y no valorados. El Pasaje Ebrosa, sito en el Paseo María Agustín fue, en su momento, uno de los lugares más "lujosos" de la ciudad y pertenece a un edificio que, por su altura y envergadura, constituyó un hito en la ciudad. No se exactamente la fecha de construcción, pero son destacable los halls de entrada a cada una de las escaleras, primero por esa construcción de luces en la misma puerta y segundo por estar personalizados, cada uno de ellos, con un mural de dudosa calidad pero mucha gracia de "civilizaciones clásicas", Grecia, Egipto, Pascua, la Amércia Precolombina aparecen dando personalidad a cada espacio, muy divertido.
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