Los había visto en una bizarra visita que hice a Lourdes y en una concentración de formaciones de ultra derecha que me encontré en Washington (menudo lío), pero estos caballeros ataviados de forma tan singular merecen ser comentados, son los Heraldos del Evangelio y hoy los he visualizado en la Plaza del Pilar de Zaragoza lo que poca alegría me ha supuesto,.
De origen brasileño y establecidos por varias partes del mundo son de tendencia ultraconservadora y van ataviados de una forma que pueden recordar a los caballeros templarios o los caballeros teutones, con esas botas de caña hasta las rodillas y el pelo muy corto. Usan túnicas color crema que marcan la jerarquía, todo ello con la cruz de Santiago en la parte frontal y un escapulario. La cintura va ceñida con una cadena cromada (símbolo de ser esclavos de Jesús y María) de la que cuelga un rosario de madera marrón oscuro. Todo ello con escudo en pecho y un colgante de llaves pontificas. Esta formación es de una rigidez extrema y disciplinada, pueden ordenar sus propios sacerdotes y construir iglesias gracias al consentimiento de Juan Pablo II.

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