lunes, 1 de diciembre de 2008
Venecia, increíble ciudad
Por la razón que fuera siempre había postpuesto la visita a Venecia, creo yo por el aluvión de turistas que abarrotan las calles de esta impresionante ciudad. hemos tenido la suerte de poder acercarnos fuera de temporada y un día antes (increíble) de una brutal y record histórico "aqua alta" que ha dejado la ciudad colapsada e inundada. Es una ciudad única, sin coches, sin motos, con barcos recogedores de basura, barcos que transportan frutas, canoas taxi, barcos-bus, una locura. Visualmente es fantástica, un regalo para los sentidos tanto arquitectónicamente como por la colecciones de arte que encuentras en palacios y museos. El comercio es bastante monótono, máscaras, cristales, papelería y complementos (zapatos, gafas), pero esperaba mucha más variedad. Como negativo, los precios. Comer es un auténtico atraco (3 euros una jarra de agua del grifo) y 10 euros una sopa de cebolla, pero flojita. Medio litro de vino de la casa, malico, 7 euros... así andan las cosas. Es divertido ver y comer en cualquier ostería o trattoría (los ristorantes nos están a mi alcance), tan pronto tienes unos rusos sentados a tu lado, o unas yankees o franceses (muchísimos), una locura turística. No quiero pensar lo que debe ser en verano pero lo imagino incómodo e insufrible. Una pena porque la ciudad es prodigiosa. Impresionantes iglesias con cuadros de Tiziano, El Veronés (uno de mis preferidos) y otros grandes. Puedes hacer un millón de fotos, o dos. Recomiendo pasear y disfrutar de los barrios menos recorridos, como la zona norte cercana al antiguo Gheto judío, o la zona oeste (Dorsoduro). Toda la zona de San Marco hasta Rialto está hasta arriba de gente, pero te sales de la ruta del elefante y puedes disfrutar de barecitos y zonas habitadas por las gentes de la ciudad, muy agradables, silenciosas, auténticas y tranquilas.
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