Se nota la crisis en el Ayuntamiento y se nota mucho. Dentro del siempre interesante ciclo Zaragoza Latina este año le toca el turno a Buenos Aires. Nada que ver lo de este año con México DF del año pasado, interesantísimos contenidos, pobre montaje. La verdad que da penita porque la ciudad merece más. En el Centro de Historia de Zaragoza destacan por méritos propios Alejandro Ros, mítico diseñador, que tiene una calidad y una sencillez en sus trabajos que da sanísima envidia. Carátulas de discos magistrales y portadas de revistas de premio. Las tiras de Liniers también merecen una reseña. Material de culto en Argentina, profundo y denso como merece, ácido, crítico y estupendo en su definición artística. Una pena que tanto la exposición de Borges como la del fútbol argentino hayan quedado en tan poquita cosa, pero bueno, se deja ver. Merece la pena acercarse a la Plaza San Agustín, aunque Buenos Aires es más, muchísimo más.
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