sábado, 5 de diciembre de 2009
Narciso Ibáñez Menta, nuestro Lon Chaney patrio
Todos conocemos a Narciso Ibáñez Serrador (Chicho), uno de los genios creativos televisivos que ha tenido este país. Sólo rodó dos películas, ambas catalogadas como lo mejor del horror patrio, cine de altísimo vuelo. Pero las nuevas generaciones quizás no conocen como merece a Narciso Ibáñez Menta, padre de Chicho y uno de nuestros personajes de leyenda.
Narciso nació en Asturias y bien joven emigró a Argentina. De padres líricos bien pronto pisó las tablas y empezó a trabajar en el teatro argentino. Admirador de Lon Chaney, a quien llegó a conocer en Long Island, experto en maquillaje y caracterización. Aprendió del maestro americano a que no sólo había que maquillarse por fuera, sino también por dentro. Apasionado del suspense y del terror, también llegó a establecer vínculo con Boris Karloff, pidiéndole consejo para otro de sus trabajos.
Abundantes obras de teatro, maestro del terror en Argentina y luego del suspense a su vuelta a España dónde realizó una profusa obra en teatro y televisión. Son especialmente recordadas (si alguno queréis que os las deje las tengo a buen recaudo) las Historias para no dormir, dirigidas por su hijo, que a mi me parecen una delicia televisiva, especialmente aquel capítulo del hombre que enferma junto a su televisor y confunde realidad y ficción.
Todo un mito Narciso Ibáñez Menta, actor de método con estupenda dicción, porte gallardo y vida intensa, falleció en Madrid a los 91 años.
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