domingo, 4 de septiembre de 2011
Dinamarca, puro occidente, paraíso para las familias
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He venido impresionado de Dinamarca, del país, de Copenhague, del sistema, de las personas, de todo.
Todas las sociedades tienen sus cosas buenas y malas, no existen los paraísos. Los países muy atrasados gozan, aún en su pobreza de medios, de libertades perdidas en los más civilizados. Los más avanzados tienen muchas ventajas, mucho consumo y muchas prohibiciones y normas, es una balanza.
Pero hay claros síntomas que definen las sociedades, y la danesa es ejemplar. Gente limpia, ordenada, práctica, puntual, detallista, con cabeza. Valoran lo que es importante, el talento y las personas. Cuidan sus parques, conservan su patrimonio histórico, industrial, contemporáneo de manera envidiable. El diseño impera por todos los lados, empieza en las mismas personas, vestidas con clase y cuidado sport, sigue por los objetos y acaba en las casas, en los parques, en todos sitios. Hablan in inglés perfecto, de hecho son bilingües. Utilizan con fanatismo las bicicletas y conservan sus coches de manera impecable. Los camiones y autobuses de servicios públicos parecen salidos del concesionario, la comida es excelente.
Valoran el trabajo, de hecho hay muchos jóvenes daneses y estudiantes que trabajan en servicios y poniendo perritos o barriendo tiendas, no les importa, saben de la dignidad de lo que hacen y aprenden a valorar lo que es ganarse la vida. (vamos, igual que aquí). Saben divertirse y tienen ese punto killer muy británico de vuelta de tuerca, pero en el día a día son de trato cordial.
El país es un paraíso para los niños. Durante estos días un furgonetero paró su vehículo y le regaló a los peques estupendos tebeos y pistolillas de juguete, en el avión 4 regalos para cada crío, en la estación de tren, otro detalle, viendo una obra se acercaron los obreros a regalarles caramelos a los chavales mientras les explicaban, con todo cariño, como funcionaba la extracción de vigas del suelo. En museos entran gratis, son obsequiados allí donde van, saludados y bien tratados. En todos los espacios, museos, parques, hoteles, hay un espacio enorme e interesante dedicado a los niños, los adoran y aprecian. Siempre hay un plus en esas actividades destinadas a ellos, buscando su crecimiento y mejora, es excelente para los más peques.
(En la foto aparece el obrero entregando a mi hijo caramelos)
La ciudad, Copenhague, es bellísima e interesante. El país, verde y acuático, las ciudades, impolutas, los trenes, niquelados, ellos sin mácula. No todo es perfecto en la excelente Dinamarca, los inviernos son muy duros y el sol es caro de ver y, sobe todo, es un país duro para bolsillos españoles, caro, ganan buenos sueldos y se nota el desequilibrio.
Dinamarca, como destino familiar, me parece un lugar cinco estrellas, de lo mejor que jamás he visitado. No es barato, pero ofrece, con sus vikingos, sus ciudades y pueblos, Legoland y tantas otras cosas, un sinfín de posibilidades para pasar una semana excelente dedicada a los chavales y que cojan referencias y modelos más que válidos.
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