Cajas de Scalextric, ilustraciones inolvidables

Scalextric es un juguete que está por encima de tiempo y razón. Han pasado generaciones  y los viejos slots siguen aguantando el tirón del cambio de siglo, pero no nos engañemos, con la cultura virtual que acompaña a las nuevas generaciones el viejo Scalextric se ha quedado en un divertimento de una generación pasada. Es costoso, duro de montar y requiere paciencia, dinero y cierta sabiduría, no son ingredientes que se encuentren por las esquinas. Scalextric e Ibertren tenían un plus que yo valoro muchísimo (además de la incuestionable calidad de sus productos) que es la calidad de sus cajas y de las ilustraciones que las decoraban. Siempre admiré esa vieja caja del GT-20, inmensa, gloriosa, presidida por dos Jaguars en acción dando sensación de velocidad infernal. El maestro Lluís Bargalló, gran publicista y mejor tipo al que he tenido el gusto de conocer y felicitar, es el protagonista de la calidad de estas portadas. Academicista, publicitario, soberbio en equilibrio y composición, es imposible encontrar una caja de Ibertren, Tente, Madelman o Scalextric ilustrada por el maestro que no te quite el habla. Estas tres pequeñas son parte del poco legado que me queda de estas cosas, pero que supe conservar porque me parecen fascinantes, cada día más. La mala calidad y la pérdida del ilustrador como figura capital en el proceso aspiracional del "qué contendrá esta maravilla?" han hecho de este tipo de complementos algo perdido en el tiempo.