He encontrado esta foto del querido rastro dominguero, cuando estaba ubicado en las cercanías de la Plaza de Toros de la ciudad. Llegué a conocer el que se situaba en los porches de César Augusto, al lado de Mercado Central. Unos años más tarde fue trasladado aquí, era un sitio estupendo porque era un espacio digno, céntrico y bastante limpio. Podíamos acercarnos andando desde nuestras casas. Ahora todo es distinto. Este Ayuntamiento, que considera el rastro algo marginal, sin saber que es algo que recicla y da valor, lo mandó hace dos o tres años a un desastroso parking en las afueras, donde te cueces en verano y te hielas en invierno. Obliga a utilizar coche y aboca a este espacio hacia lo degradante (como así ha sido). Menos mal que todo ello ha servido para que otros espacios, como Plaza de San Francisco o San Bruno, mejoren sus prestaciones y reciban a los vendedores con algo más de categoría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario