Este comercio es de visita obligada, supone un auténtico viaje en el tiempo. Ubicado en la calle Méndez Núñez de Zaragoza, una ferretería clásica, de las de toda la vida. Tiene varias cosas excepcionales. Primero la conservación de la tienda, impoluta. Segunda la prodigiosa colección de cajoneras, cada una con su producto expuesto, que forman un frontal estético/industrial de una belleza maravillosa y, por último, la atención de sus empleados, especialistas, amabilísimos, super conocedores por sus años de experiencia, de cualquier tipo de solución para tus necesidades. Es un ejemplo de una forma de atender al público y de dar soluciones que, estoy convencido, el tiempo sabrá valorar y volver a poner en su justo sitio.
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