Eterno BOGART

Estos días he querido rendir homenaje a Lauren Bacall y, de paso, reencontrarme con Bogart, un actor fascinante con una atracción ante el objetivo inclasificable, tenga quien tenga al lado en el plano. Bogart no era alto, guapo ni tenía una complexión agradecida, pero su mirada, su voz y su cuerpo saben expresar de manera única los sentimientos y la profunda personalidad de los personajes que encarnaba. 

Yo creo que una de sus múltiples virtudes es su profunda humanidad. No es un héroe al uso y, cuando se muestra como tal, lo hace desde la prudencia y la humildad, sin alardes, como un perdedor o un gran tímido, sabe conducir a sus personajes hacia ese profundo misterio de quien tiene mucho por decir y que nunca te va a mostrar.

La trilogía visionada ha sido ésta:

EL HALCÓN MALTÉS (1941) John Huston.

Poco qué decir de este tandem prodigioso Huston-Bogart y de ese detective, Sam Spade, que es un especie de prototipo que luego miles han copiado. Película magna y soberbia. Debut de Huston, Bogart impagable, inmenso en cada escena.

EL SUEÑO ETERNO (1946) Howard Hawks

Aunque parezca mentira es la única vez que Bogart encarna a Marlowe, el mítico detective. Fantástico filme con una bellísima Bacall al lado, felina como una pantera, cine negro puro con un elenco de secundarios excelente, ritmo vibrante en una historia mágica, Bogart formidable.

CAYO LARGO (1948) John Huston

Pocos actores pueden encarnar  un veterano de guerra tan perfectamente como Bogart, la credibilidad es máxima, el disfrute del espectador total. Gran filme, claustrofóbico por momentos por la indefensión de sus protagonistas y todo ello con un púgil de gran calado para Humphrey, nada más y nada menos que Edward G. Robinson, que, en mi opinión, se sale de la pantalla. 

Cine grande, enorme, olvidado por muchos y, para mi gusto, básico en cualquier filmoteca personal por muy sencilla que sea.