La política y las situaciones complejas de los pueblos son asuntos que me sobrepasan y de los que no puedo opinar, no tengo información. Hoy hablaba con un grupo de venezolanos, muy críticos con el regimen que existe en la actualidad en el país, me contaban cosas terribles que ellos viven, sus familias viven, eso ya no son opiniones, son hechos. Pero no es asunto mío meterme en semejantes vericuetos. Sí que asisto de manera "técnica" a las acciones de comunicación e imagen del Presidente Maduro, no por ser especialmente interesantes, sino por el estupor que causa en mi que técnicas tan obsoletas y demodés, propias de mitad del Siglo XX, sigan funcionando. Me imagino que gentes de buena voluntad se tragan estos sapos baratos. Como la creación de enemigos hostiles a la patria, la paranoia colectiva, el miedo y la natural generosidad de líder.... todo más viejo que el Charleston, otros los hacían mejor. Para muestra un botón, este natural y generoso gesto del buen Presidente, que asiste a una honesta y sorprendida ciudadana, mientras tipos de terrible aspecto escudriñan la cámara oficial, que inesperadamente, de forma natural y nada preparada, plasma la ocurrente acción del adalid de la democracia y la igualdad. Mirémoslo desde una perspectiva publicitaria y técnica pero no perdamos el trasfondo de manipulación moral. No somos niños.
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