Un lugar único, especial, diferente, jamás vi nada igual. Ubicado en el barrio de La Sanità, esta sorpresa total es digna de una película de Tim Burton. Excavado en la roca y bajo bóveda prismáticas de una altura brutal, el ambiente y el áurea son indescriptibles.
Contiene unos 8 millones de huesos humanos y fue usado por primera vez durante la peste de 1656, más tarde en el principal camposanto tras la epidemia de cólera de 1837. A finales del siglo XIX era un lugar de culto romántico de las anime pezzentelle (almas pobres), que adoptaban calaveras de manera personal y rezaban por sus almas. Un lugar distinto, terrible y bello a la vez.
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