Visitar Pompeya un 3 de enero tiene su aquel. Te coges el tren desde Nápoles y por un par de eurillos te plantas en la excavación, en la misma puerta. Muy poca gente.... pero a mitad de mañana una tremenda tormenta descargó una lluvia apoteósica, desconocida para los de la tierra.... acompañada de una granizada singular.... obviamente los visitantes abandonaron el enclave, nos quedamos unos cuantos pirados que tuvimos el privilegio, tras cesar la lluvia, de poder pasear casi en soledad por la destruida urbe.
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