Tenía muchas ganas de ver esta película, pero que los Óscars rondaran cerca de ella me olía a chamusquina. Es una cinta interesante con una voluntad arriesgada y muy valorable. Alejarnos de las detestables invasiones palomiteras y de las catastrofistas avalanchas de efectos especiales me resulta, ya de entrada, admirable. Empieza como cine muy íntimo y, aunque contiene un resultado planetario no deja de ser una cinta cercana. Estupendo todo el proceso inicial, de descubrimiento, muy original, una nueva forma de ver las cosas, un nuevo mensaje. Lástima que tiren por la borda la posibilidad de hacer de la película algo excelente con el aburrido maniqueísmo de siempre, que si los chinos son lo que son, que si los rusos, que si los pakistaníes... buf, todos unos belicistas, menos mal que una sencilla profesora de lenguas universitaria es capaz de hacer ver al líder chino que la paz nos tiene que unir.... en fin. Tampoco ayuda un alargadísimo, pretencioso y algo empalagoso recorrido final. El trabajo actoral tampoco es para tirar cohetes, ni Jeremy Renner el adalid del método.
Una pena, de ser excelente se queda en interesante.... pero tiene mucho bueno, sobre todo lo que concierne a los visitantes, su lengua, estructura y diseño.
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