Hay un tono Steam Punk en la ciudad de Lisboa que me encanta, sobre todo en nuevas tiendas. Lugares evocadores del Capitán Nemo o del Scorsese más barroco. Hay unos puestos de venta de buñuelos de Bacalao dignos de Julio Verne, como la tienda de Sardinhas o una cervecera pavorosa.
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