Bueno, pues he cumplido la misión, he visto la primera temporada de Breaking Bad.
Cierto es que el personaje de Walter White es soberano, y el arriesgado casting de elegirlo memorable, sin Bryan Cranston, Breaking Bad bajaría un 50%. Y me gusta la idea, y me gustan las localizaciones, y me gustan algunos secundarios, no todos.
Pero algo chirría en la serie, y no me digan lo que es, pero creo que la caricaturización de los personajes, esos clichés tan extremos, le hacen perder una gran peso. Es todo tan excesivamente increíble y hay situaciones tan imposibles que acaba quedándose, por momentos, en un carnaval inconexo, y a veces repetitivo. Exagerado el feísmo que adorna la vida de Walter, ya sabemos que esperamos su mutación a mariposa, pero me resulta pasado de vueltas y previsible.
No se si es que han deglutido mucho Tarantino, mucho Fargo.... no se, pero no deja de recordarme a otras muchas cosas, no sigue su propia senda. Y es una pena porque el capítulo inicial es soberbio, y el uso de los flash-backs inteligente. No se si el guionista está obsesionado con el tiempo, puede ser, porque son constantes las cámaras rápidas estáticas, y los bucles.
No es The Wire, no es Mad Men, ni siquiera llega al nivel de Los Soprano, pero sí que es cierto que esos dos personajes, Walter y Jesse, son memorables, icónicos, y entiendo su éxito. No se si veré la segunda temporada, me gusta Walter y todos tenemos algo de él, pero no estoy impaciente ante ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario