Bueno, de nuevo con la familia kissiana un par de años después. Un viejo clásico el poder ver a la banda de toda la vida en el Wizink de la capital. Son muchos años y pocas sorpresas puedes llevarte, más jugar con las anécdotas y conversar con la gente, lo que hay en el escenario ya sabemos de que va.
Demora en los accesos, calor agobiante dentro y fuera, pero siempre buena visibilidad y buen sonido en el recinto clásico. Tres cuartos de entrada y la parroquia madrileña, como siempre, entregada, cómplice y amistosa con la banda.
Montaje de mínimos para los cinco bolos ibéricos.... muy justito el asunto. Nada de arañas, nada de asuntos mastodónticos ni mega pantallas, todo dentro del montaje más sobrio de los últimos años pero eso sí, la banda en buena forma, Paul mejorado de voz y los aciertos y carencias de siempre... Gene trabajando duro, Thayer como si no existiera y Singer fichando como buen empleado. Y "Madrit", mucho "Madrit" del frontman.
Los temas, pues ni una sola novedad.... la evitable Say yeah! (a ver si la quitan), la excelente Flamin youth y lo demás, pues más de lo mismo... se agradecen Firehouse, siempre honesta. Vacaciones de los enmascarados en la península, 5 conciertos cómodos, y unos días de buen vino y gran yantar con la familia.
Memorable esa nueva guitarra de Stanley, fascinante diría, confetti a todo meter y buenas conversaciones entre la parroquia. Como siempre, un buen concierto, es como si tocase un tío mío. Me gustaría contar alguna novedad más.... pero es que son muchos conciertos, je.
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