Para mi, Chicho Ibáñez Serrador es una de las grandes influencias culturales de este que escribe. Un maestro del cine y la televisión, de la creatividad, del entretenimiento.
Historias para no dormir, Mis terrores favoritos, La Residencia, el Un Dos Tres, Quien puede matar a un niño, no tiene fin la cosa. Gracias a él conocí a los grandes mitos del cine, Karloff, Price, Cushing.... disfruté de obras maestras hechas con presupuesto de opereta, como esa obra maestra que es El Televisor y que tantas veces he visto.
Tuvo la inteligencia de rodearse de los mejores, como Los Estudios Moro y sus creaciones, de seleccionar azafatas o secundarios que luego han sido actrices de primer nivel, y de abrirnos a universos venidos de la Hammer, o Twilight Zone. Nos puso en bandeja al gran Narciso Ibáñez Menta, su padre.... un actor maravilloso, un clon de Lon Chaney y sus caracterizaciones que se volcó en la televisión a su vuelta a España.
Chicho ha sido una figura fundamental para mi generación, como lo ha sido para gente como Alex de la Iglesia, que ha mamado intensamente de su legado, un tipo al que me siento muy unido en gustos y amor por la cultura pop española de finales de los 60 y principios de los 70.
Hoy es un día triste para la cultura española, muy triste. Se ha ido nuestro Hitchcock patrio, el creativo televisivo por excelencia, puro en ristre.
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