Tras más de 30 años fabricando publicidad, asistó entre extrañado y expectante a la utilización de códigos obsoletos que hacen las plataformas políticas extremas. Es muy curioso porque, como no debía ser de otra manera, la comunicación de extrema derecha es muy rara de ver y mucho menos con códigos que vulneren el sentido común, la legalidad y la decencia. Es casi imposible ver panfletos nacionalsocialistas, falangistas, de Fuerza Nueva o franquistas.
No ocurre lo mismo con los códigos heredados de un régimen totalitario y tremebundo, como es el soviético-comunista, que no anda a la zaga en cuanto a destrucción de las libertades, del individuo, de las propiedad intelectual y física y que tiene a sus espaldas, igual que los nacionalismos excluyentes asesinos, millones de muertes a sus espaldas, ocultas muchas de ellas, pero perfectamente acreditadas en la historia.
Por eso creo que hay bastante ignorancia y falta de sensibilidad en algunas plataformas de extrema izquierda a la hora de poner en valor de nuevo códigos que bien tienen que ver con la parte más triste y oscura de la historia de la humanidad. Hay cosas con las que jugar es arriesgado y la memoria es débil.
Nadie duda que ha habido regímenes en el Siglo XX que han sabido trabajar la propaganda con sabiduría, propaganda al servicio de objetivos terribles. Esa propaganda aún puede verse en países en los que está prohibido cualquier tipo de publicidad, como Corea del Norte, Vietnam, y algunas escisiones de la Unión Soviética, evocar con los códigos a esos conceptos no hace más que preocuparme. Pero son los tiempos que vivimos.
Es este ejemplo, visto hace una semana, puede apreciarse la emulación del alfabeto cirílico ruso, la imagen de un mundo destruido al fondo, con mártires en suelo producidos por el capitalismo asesino y el fascismo imperante en las calles del país y en nuestro día a día (¿no?), el uso torticero de un bonito color y el protagonismo de un género por encima de un concepto transversal. Una pieza que lo tiene todo para ser tachada de populista y desmemoriada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario