Lo mejor de coleccionar es aprender, no me cabe la menor duda, y compartir experencias y conversaciones con los amigos. He encontrado muchas personas interesantes en estos años de juego contínuo y siempre me aportan cosas.
Tengo esta figura desde hace decenios, fue un regalo "honorífico" en forma de trofeo que me realizaron mis mejores amigos. Siempre lo había tomado como una especie de "robot" japonés, de hecho, debido a su delicadeza y a disponer de algunas partes de látex, apenas lo he tocado para que no se perjudicara.
Pues, por lo visto, no es un robot, es un personaje de los Yoroiden Samurai Tropper (Ronin Warriors), Ryo Sanada, de hecho es de los de la primera edición con puños de metal que fue renovada por otra, menos dañina para los infantes, con piecerío de plástico. Como pertenezco al admirado y nunca suficientemente aplaudido Red Squadron, este samurai, rojo como debe ser, va cutomizado con la B de Beta.... las prebendas de ser Beta Rojo.
2 comentarios:
Lo cierto, querido Antonio, es que la confusión del Yoroiden Samurai con un robot no resulta, ni mucho menos, descabellada: estas figuras con armadura desmontable fueron creadas en 1988 por la meticulosa marca japonesa Takara, la misma que había diseñado a mediados de los 70 unos curiosos robots metamórficos que más tarde fueron comprados por Hasbro y rebautizados como... Transformers. Es evidente que algo de su estética perdura en los Samurai Troopers, si bien su imponente casco con cuernos esconde un minúsculo rostro humano.
La historia de estas figuras es, como bien señalas, curiosa. Primero las fabricaron con manos y pies de metal, lo que unido a una original articulación interna a base de muelles, permitía que al menear el niño el muñeco este propinase puñetazos y patadas muy enérgicos. El problema es que, según parece, algunos niños se dañaron la cara y los ojos al jugar, lo que provocó que los aguerridos Yoroiden fuesen pronto retirados del mercado (¿dónde quedaron los felices tiempos de los juguetes de hojalata, más peligrosos que un cúter y aun así aceptables?). Siete años más tarde, en el 95, Playmates Toys compró la licencia, reemplazó las extremidades de metal por otras de plástico, modificó levemente los colores de las armaduras y vendió las figuras en blíster (en lugar de la bonita caja con ventana) bajo el vulgar nombre de Samurai Warriors.
Estos últimos son los muñecos más recordados hoy, porque contaron con una distribución muy superior. Sin embargo, por experiencia personal me consta que el stock sobrante de Samurai Troopers originales aún continuó vendiéndose en al menos un sitio más allá de la prohibición, incluso simultaneado con la segunda ola para aprovechar su tirón. El «sitio» al que me refiero no es otro que la ya extinta cadena de supermercados Simago, a menudo envuelta en polémica por la presunta falta de controles de calidad —y en este caso, de seguridad— en algunos sus productos (la expresión popular «tienes peor cara que los pollos de Simago» habla por sí sola). En fin, todo esto no son más que anecdotillas de coleccionista: maravilloso conocimiento deliciosamente inútil.
Volviendo a tu trofeo, Antonio, me parece un magnífico regalo por parte de tus amigos, customizacion incluida. Y además conserva los accesorios de látex, que no suelen envejecer nada bien (a veces se endurecen, a veces amarillean, a veces sudan, a veces se agrietan y, a veces, todo a la vez). Creo que para el buen coleccionista de juguetes, las piezas más queridas no han de ser necesariamente las más caras o singulares, sino también las que le han regalado personas que son importantes en su vida. Esta es una afición muy ligada al sentimiento, al menos para mí.
Un cariñoso abrazo, querido Antonio, y mi sempiterna enhorabuena por tu excelente blog.
Como dice un amigo mío "excelente prosa", jejeje, y docta información.... este samurai está en mi vitrina premium, que es pequeña lo que me obliga a ser muy selectivo, je... un abrazo y gracias por tu amistad
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