Directo al Corte Inglés que es el lugar donde servidor, por cariño a aquellos encuentros con Paco Ibáñez, compra sus Mortadelos y Filemones, para conseguir esa historia larga 199 de la lista, rozando el larguero.
Ha sido raro encontrarse con una aventura póstuma, una extraña sensación. La aventura es muy del estilo de las de esa época, mucho slapstick, mucha burrada y momentos memorables, pero se echa de menos algo de frescura de guión y esa capitulación (de a diez temas) de los setenta que nos volvía locos a todos, aunque llevara mucho más trabajo y exigiera mucha más creatividad y personajes. Pese a todo, vaya rato bueno de verdad, ese momento del carrito de bebé, brutal, hacía mucho tiempo que no veía a Mortadelo recibir tanto, algunos gorilas muy muy tremebundos, El Súper y Ofelia, en su línea. Buen dibujo y buen entintado pardiez.
Y se acabó. Dicen que seguirán sacando rarezas pero las carpetas ya están vacías de aventuras. Ha sido un inmenso placer. Hasta siempre a la T.I.A.
2 comentarios:
¡Y no aparece Antonio Guiral por ninguna parte!. Ole!.
Jajajajaja, eres tremendo Héctor, un abrazo amigo
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