Ayer nos acercamos a la Sala López a ver a Sôber, una de las bandas de metal más dignas del panorama hispano.... yo no tengo la discografía, solo Reddo, el buen Superbía y el correcto Paradysso. Tenía ganas de verlos alive porque algo me temía yo con esta gente. Trabajan bien el marketing y cuidan mucho la imagen pero es en directo donde se ven las delicias y miserias de una banda y donde te marcas con el sello de la fidelidad hacia ellos y las ganas de volver a encontrarlos.
Yo no volveré a verlos en directo.
La primera parte del concierto no se que fue, pero se me hizo eterna y pesadísima, creo que tocaron un disco llamado Morfología que se me hizo plano y sin valor.... tras un breve descanso tocaron 5 temas de esos que todos conocemos y con los que despertamos del letargo. Carlos Escobedo me parece un tipo simpático, que le gusta lo que hace, que conecta y con una buena sonrisa en la boca.... correcto en su labor, terrible en la voz, con unos ecos constantes insufribles.... mención aparte al excelente batería, Manu Reyes, disfrutando, percutiendo y dando basamento y dinamismo fundamental a la banda.... magnífico en espíritu, soberbio y limpio, colocando cada baqueta en su parche y rompiendo a pasión muchas de ellas.... grande este tipo. Sobre los guitarricas, pues bueno, ahí si que ya la cosa cambia.... apenas presté atención a Jorge Escobedo, un buen SEGUNDO guitarra en cualquier formación, sin más.... mención aparte para el Sr. Antonio Bernardini, algo desubicado en su posición de rockstar.... sus poses y actitud, mamadas de mil dvds de Limp Bizkit y Tool hastían hasta el extremo, de hecho su altivez y rockstares malentendida me generan claro rechazo. Musicalmente es de una mediocridad pasmosa, plano como tabla, aunque haga muchas tonterías y jugueteos con mástil que poco aporten.... mucha pose videoclip nu-metal que cansa hasta a las piedras.
Planos, muy planos, muy aburridos, sin matices, una suena tras otra y no sabes sin son otra o una.... Eso sí, muy amable Carlos Escobedo tras el concierto, sencillo y cercano, se le ve de buena pasta, soberbio batería, y grande Tomasico de la López, siempre tan majete.
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