Ayer salida hacia Madrid con lluvia y carretera silenciosa en busca del esperado encuentro con la maravillosa banda australiana Twelve Foot Ninja. Este grupo son claros herederos (sobre todo por la voz y la mezcla ecléctica de sonidos como el disco, el calypso, el reggae con el metal) de los inimitables Faith no More. Un abanico de discazos los avalan, creo que es su primera visita a nuestros país. La posibilidad de verlos en la coqueta y excelente Sala Changó es una oportunidad excepcional, como fue ver a aquellos incipientes Rammstein en una vieja discoteca.
Precedidos por los interesantes Uneven Structure, un dispar elenco de personajes venidos de Lyon, que se descargan un set de canciones que por momentos recuerdan a Messugah. Largas, algo planas, pero eso sí, con un batería impresionante. Un chaval llamado Arnaud Verrier que me dejó ojiplático. Con una técnica de muñeca de las de antes y un disfrute en la cara sólo al alcance de pocos. Están clasificados como progresivos o djent.... no se, muy atmosféricos, fenomenales teloneros.
Y luego, con un montaje niquelado, unos looks perfectos y una actitud magistral, el quinteto de las antípodas se descargó un set-list memorable, con un sonido perfecto, aquella sala casi estalla. Desgranaron mucho de lo mejor de su repertorio, que es excelente. Ese cantante, Kin, vale un valer, se mueve como un auténtico maestro de las artes marciales, destilando poder, sus gritos de furor encienden el escenario.... un excelente front-man. Destaco principalmente al lead guitar, Stevic, madre mía, que katana tiene por guitarra, qué manera de disfrutar.... y al "marine australiano" al bajo Damon McKinnon, que me recordó de manera meridiana a los mejores Rage Against de Machine.
Inolvidable y buscada experiencia, olían de prodigio, saben de categoría. Llegarán muy muy muy lejos.
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