La verdad es que el ser hermano cofrade de la Semana Santa Zaragozana ya no es lo que era, je. Ver un hábito de cofrade tirado al lado de un cubo de basura es una imagen impensable hace unas décadas. Puede gustarte o no, pero el ser hermano cofrade conlleva un cierto respeto a los símbolos y al hábito, pero son tiempos locos y, para algunos (y es muy respetable), la Semana Santa es un acto de carácter folclórico.
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