Todos somos fans de aquel mítico film, de culto, leyenda del cine inclasificable.
Por eso he tardado un poco en meterle mano a la serie de HBO. Y la verdad que el plato ha resultado sumamente interesante. No es una serie fácil ni de sencilla digestión, requiere atención a las narrativas y las múltiples metáforas... no es amable con el espectador en ciertos momentos, te mete en algún aprieto, y eso, en mi opinión, es estupendo.
Juega con dos bazas excelentes, Ed Harris, que como siempre va sobrado de todo, y el monumental Sir Anthony Hopkins, uno de los mejores actores vivos, que con cuatro detalles, tres gestos y una frialdad y templanza al alcance de pocos, llena la cámara y hace suyo el relato. Hopkins es rácano en gestualidad hasta el extremo, su mesura y delicadeza es tal, huyendo de cualquier sobreactuación, que un mínimo detalle produce una avalancha de sentimientos tremenda. Es como cuando alguien que jamás te saluda, de repente, te da un abrazo.
Yo creo que esta primera temporada merece mucho la pena, por guión, cuidado en los efectos (muy moderados y adecuados) y por dos pesos pesados como Harris y Hopkins.
2 comentarios:
Suscribo punto por punto tu análisis. Una primera temporada (no veré más) muy interesante y a tener en cuenta. Como punto negativo la alarmante falta de ideas (o la falta de riesgo de productores)de este negocio del audiovisual. Poco más de los 60, 70 y 80 faltará por fusilar.
Abrazo
Publicar un comentario