Las altas Cinco Villas tuvieron un interesante asentamiento judío. Por lo visto la zona tenía un comportamiento fiscal apetitoso y muchas familias se asentaron en localidades como Biel, Uncastillo, El Frago, en clásicos barrios judíos. Estas gentes se dedicaban a oficios artesanos y también al préstamo. Pocas huellas quedan de su paso por estas localidades, aunque ahora se esté recuperando parte de su legado. Placas de piedra grabadas con inscripciones hebreas y, si se tiene un poco de vista, en los arcos de piedra de las puertas de sus casas permanecen algunos huecos vacíos donde antes se incorporaba la Mezuzá. Consistía en un rollo de pergamino que contenía dos plegarias, esta a la vez estaba contenida en una caja, cilíndrica. En la imagen podéis contemplar un hueco en la piedra de sillería de un arco de entrada de una casa de Biel.
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