Llevaba muchos meses detrás de estos dos soberbias copas de coctail del Bahía de Pago-Pago, el extinto bar polinesio de Zaragoza que tanta pasión arrastra por su singularidad. Un anticuario, y amigo, me había comentado que los tenía en alguna parte de sus almacenes y, desde entonces, le pedí que me reservara las piezas, a ciegas, porque desconocía a qué piezas se refería.
Por fin han llegado a mis manos. Corresponden a los cócteles Chi-Chi y Arrecife de Tautira, que pueden observarse en la vieja carta del local. Tienen el glamour, la calidad y la singularidad de la vajilla especial de la que disponía este espacio, totalmente diferente a la del resto de locales tiki de España. Estos jamás los había visto en persona, son muy raros y singulares.
Me comentan que estaban en casa de una familia belga afincada en Zaragoza.
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