Todavía no había visto a la tímida y, aparentemente, apagadita Andrea Motis en directo. Sí a su hermana con Chamorro, el bajista que suele acompañarlas. Motis es una artista muy completa, con una voz especial, llena de emoción y un enorme talento con la trompeta. Enamorada del jazz, del swing y de la música americana de los primeros 50 años del siglo XX, esta catalana excelente, es, con su cortísima edad, toda una líder de la banda que maneja desde el talento y la amabilidad, no desde el látigo.
Rodeada de músicos elegidos y escogidos, el repertorio de swing que trajo a Zaragoza, con alguna perla innovadora mezclada, resultó una exquisitez para alquien como yo, que llevaba más de un año en blanco a nivel de eventos musicales. Randy Greer es una de las voces más sólidas del jazz actual y lleva dentro el tono y la esencia de Nat King Cole, de hecho si cierras los ojos pareces estar escuchando al mito Cole. Su voz es maravillosa, su presencia y groove esenciales, perfecto contrapunto a la timidez y dulzura de Andrea Motis a la que le falta soltarse frente al público y eso se lo darán los años. La música la lleva dentro.
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