Qué lástima, los mercados tradicionales están avocados a la desaparición, algo que me apena, ya que han formado parte de mi vida desde la infancia, cuando mi madre me mandaba a comprar al mercadillo Ebro en Las Fuentes,,,, era todo un mundo... Yo todavía compro en el mercado algunas cosas y en el que yo suelo frecuentar se van jubilando y ya casi no quedan puestos. Siempre tendré buenos recuerdos del mercado, ver a las conocidas, se pedía la vez y se esperaba, y éste hecho fomentaba las conversaciones, las recetas de cocina y el intercambio de información de todo tipo, allí se socializaba y se aprendía y quien regentaba el puesto te conocía. Era otra forma de hacer la compra que está pasando a la historia lamentablemente.
Es un estilo comercial que está desapareciendo, en los barrios y en nuestras vidas, en Zaragoza es impresionante aunque también hay que tener en cuenta que el volumen de centros comerciales en nuestra ciudad es brutal, quizás el mayor de España por habitante. Me gusta pasear por ellos, el 90% de los puestos están cerrados, pero aún quedan algunos carteles majos y evocadores. Un abrazo
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Qué lástima, los mercados tradicionales están avocados a la desaparición, algo que me apena, ya que han formado parte de mi vida desde la infancia, cuando mi madre me mandaba a comprar al mercadillo Ebro en Las Fuentes,,,, era todo un mundo...
Yo todavía compro en el mercado algunas cosas y en el que yo suelo frecuentar se van jubilando y ya casi no quedan puestos.
Siempre tendré buenos recuerdos del mercado, ver a las conocidas, se pedía la vez y se esperaba, y éste hecho fomentaba las conversaciones, las recetas de cocina y el intercambio de información de todo tipo, allí se socializaba y se aprendía y quien regentaba el puesto te conocía.
Era otra forma de hacer la compra que está pasando a la historia lamentablemente.
Es un estilo comercial que está desapareciendo, en los barrios y en nuestras vidas, en Zaragoza es impresionante aunque también hay que tener en cuenta que el volumen de centros comerciales en nuestra ciudad es brutal, quizás el mayor de España por habitante. Me gusta pasear por ellos, el 90% de los puestos están cerrados, pero aún quedan algunos carteles majos y evocadores. Un abrazo
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