Como cada año, sin faltar a la cita, aquí va mi foto denuncia festiva. La Iglesia de la Magdalena es uno de los mejores ejemplos de arte mudéjar de nuestra ciudad, Zaragoza. Datada en el siglo XIV, renovada en el exterior a cargo de todos los aragoneses, con bello ábside poligonal de 7 lados (raro y bonito), gran altura e interior cerrado desde el albor de los tiempos. Cada año, este Ayuntamiento tan impresentable que tenemos, tiene la osadía de emplumarle, a un monumento tan soberbio como éste, una barra de bar cervecero en la misma puerta de salida del ábside, con dos cojones, ahí queda eso. Además, como lazo a tan delicada empresa, en 2013 complementamos esta maravilla de sensibilidad exquisita con dos contenedores de basura apegados al muro. Luego viene el julandras de turno y, claro, al ver tan delicado tratamiento, no duda en denigrar los ladrillos vista con una pintadita de libro. Como no me hacen ni puñetero caso, esta fotito mañana va a a Heraldo de Aragón, que es lo único que escuece a esta panda de mentecatos que tenemos gestionando our city.
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