Hoy mismo me acaba de llegar desde Huelva esta soberbia caja de Mego de 1973 para que mi querido Capitán América tenga, por fin, merecido receptáculo, tras decenios de dura vida en las calles. Estas cajas, de las primigenias de Mego, destacan por su sencillez, su limpieza de líneas, su fuerza pop y la energía de sus colores.
Eran otros tiempos. Nuestros héroes de finales de los 60 y principios de los 70, aunque siempre los leíamos en blanco y negro, lucían virtusos y poderosos trajes de colores. Hoy la cosa ha cambiado, todos van de negro, gris y plomo, como sus historias. En medio siglo hemos pasado de la esencia pop y el arte de gente como Buscema, Kirby, Colan o Adams al monocromatismo de la factoría Disney, es la pésima herencia de Juegos de Tronos, El Señor de los Anillos o la Saga Crepúsculo, qué cosas.
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