Aunque él mantenga día y noche que el surrealismo pop es una basura, Alex Gross es uno de sus representantes más avanzados. Este tipo de 1968 mezcla cosas maravillosas, cultura pop, por descontado, el Renacimiento, su periplo japonés, muchas de las cosas que me gustan y el talento.
Este pequeño librito me voló la cabeza. Coger fotografías de finales del XIX como base gráfica para, posteriormente, aplicarles un canvas de personajes tan queridos, me fascina. Estas cosas nunca se le ocurren a uno. Es justo la tendencia opuesta a lo que hace el mercado, volver al color, humanizar a los personajes y poner una dulce, fría, lejana y amable cara de hace más de cien años. Simplificar las vestimentas haciéndolas dignas de Alicia en el País de las Maravillas o del cuento de hadas que usted elija. Contra el monocromo, la dureza y la uniformidad fría y descarnada del Disney actual nace este californiano a mostrarnos que las cosas pueden seguir enamorándonos y haciéndonos felices.
Es la primera edición norteamericana de 2012, deliciosas 115 páginas.
2 comentarios:
No puede ser más bizarro el asunto.
No te puedes imaginar los maravilloso que es este librito, abrazos
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