Este fin de semana he estado en Daroca con familiares que hacía años que no veía. Tengo buenos recuerdos de Daroca, es el pueblo natal de mi padre y un lugar complejo, herido por la Guerra Civil Española y que sufrió, en la piel de sus habitantes, graves consecuencias.
También he aprovechado para hacer un poco de arqueología familiar en la antigua casa, un formidable edificio lleno de historia, bellos objetos y un montón de recuerdos. Mi bisabuelo se llamaba Marcelo Julián, todavía se pueden ver sus iniciales en la puerta de la casa. En los bajos de la misma se ubicaba el ORIENTAL, un café de cierto postín y que tenía hasta una pequeña sala de juegos con casino. En los últimos 60 años creo que el local ha estado ocupado por unas oficinas de la Administración, debió cerrar sus puertas en los años 30 del siglo XX, no estoy seguro.
Sí que he podido ver el antiguo local, con toda su carpintería en excelente estado, las puertas cortafríos y la antigua bodega que aún conserva preciosas tinajas que se utilizaban para los productos en escabeche y adobo. Por otro lado se conserva alguna silla de madera del viejo Oriental, unas sillas altas de mesas de casino (un par de ellas) habitualmente usadas por croupiers, un cartel con precios Con una bonita inscripción de que no incluye los descuentos para combatientes), alguna botella de cristal y varios sifones. También adjunto fotografía de un impreso, con el teléfono 22 de Daroca, y tuvieron a bien regalarme una preciosa jarrita para minipinta de cerveza con las iniciales de MJ (Marcelo Julián) y la marca del local, así como un precioso platillo de baquelita que creo que se utilizaba para las fichas del casino.
Todo un viaje a los cimientos del negocio familiar.
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