Segundo día en Galle, esta vez dedicado a explorar la zona donde vive la gente, la de verdad, donde se encuentran los comercios de todo tipo, un cierto caos circulatorio, los pescadores que venden su pescado fresco a pie de playa, gambas vivas, pequeños atunes....precioso el mercado de verdura, un auténtico fósil lleno de gente que limpia con suma pulcritud, una a una, cada pequeña manzana. Impresionante el barco en restauración, con un sinfín de hombrecillos colgando a su alrededor como si fueran lilliputienses, pintando y limpiando. Muy interesante la zona administrativa, con los juzgados abiertos de par en par y una factoría de juicios en los que la policía tiene que dispersar a las familias y allegados porque practicamente asistes desde la calle al juicio en directo. Ahí van unas fotos que no hacen justicia.
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