En el número 435 de Clark Street, escondida la entrada en un callejón interior y sin ningún tipo de indicador, ves a lo lejos unos totems Tiki con unas antorchas humeantes. Un gorila de 1,90 y 160 kilos de peso venido del lejano México te escanea con la vista antes de entrar en este sideral club Tiki del centro de la ciudad.
La bajada al subterráneo es memorable, con una pared llena de calaveras iluminadas en azul. El espacio está montado con primor, excelente decoración, una carta creativa digna de la época dorada de Hawaii, camareros amables y dispuestos que, además, tuvieron a bien regalarme un par de stickers para coctail..Tras degustar un buen Painkiller evocador de ese Coco Loco del zaragozano Pago-Pago, pudimos disfrutar de buena música. Un espacio imperdible.
http://threedotschicago.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario