Esta pieza, ubicada en una iglesia del un pueblito del Altoaragón, es maravillosa. Un monaguillo en madera, revestimiento de escayola y policromía, que emociona por su gesto de petición de limosna, nada exagerado, sereno y bondadoso. La verdad es que gustosamente la tendría en el salón de mi casa, pero está bien donde está, solicitando limosna para la parroquia que le corresponde. Sí que le pediría al señor párroco que tuviera a bien no pegar adhesivos y papeles con celo en tan magno trabajo artístico.
Estos monaguillos limosneros no son algo raro, de hecho es una pieza con cierto carácter "industrial". Pero sí que es cierto que, sobre todo en la cara, donde pueden encontrarse importantes diferencias de calidad, es donde se puede observar si el taller de procedencia realizó un trabajo de calidad, como en este caso.
Estos monaguillos limosneros no son algo raro, de hecho es una pieza con cierto carácter "industrial". Pero sí que es cierto que, sobre todo en la cara, donde pueden encontrarse importantes diferencias de calidad, es donde se puede observar si el taller de procedencia realizó un trabajo de calidad, como en este caso.
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