En Torino, como en Roma, me siento en casa. Toda Italia me transmite ese encanto de acogida, ese abrazo inolvidable. Sus gentes, su gastronomía, la historia, su comercio, la belleza de sus calles, la cultura, su pasión, su forma de vivir, extraordinaria.... Italia es casa. San Remo, Florencia, Roma, la vieja Toscana, el lago Como, Siena, Lucca, Nápoles, Palermo, Venecia, Trieste, Milán, Pisa, Arezzo, Catania, Siracusa.... en fin, un país que jamás deja de recorrerse y en el que estaría encantado de vivir mucho tiempo. De lo aristocrático y exclusivo a lo burdo, mundano y bizarro.... de Miguel Ángel a Testa, de Fellini a Mario Brava, de Ettore Scola a Sorrentino, de Mastroianni a Jaimito, de Fiat a Lamborghini, de la Loren a Cicciolina.
Volveré a la exquisita ciudad del Piamonte, no tengo duda, casi un mes he estado haciendo posts contando cosas maravillosas, y ese es un termómetro que no falla y que da cuenta de la cantidad de historias, lugares, personas e imágenes que deja la antigua capital.
Hasta pronto.
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