He encontrado antigua correspondencia con el maestro Francisco Ibáñez de principios de los 80. Paco Ibáñez, junto con Rafael Ochoa, mi profesor de dibujo, fueron dos personas claves en mi juventud que me dieron aquel impulso y energías necesarios para seguir hacia mi objetivo, que era vivir de la creatividad, de dibujar monigotes, tebeos, dibujos animados o lo que fuera.
Rafael Ochoa me hizo creer en mi mismo y me mostró a Goya, Picasso, los Impresionistas y los Románticos. Ibáñez me dió tres empujones decisivos. Recuerdo haber enviado todos mis dibujos a Barcelona, a su domicilio. El maestro había pasado unos años trabajando en un banco, como es mi caso, dibujando en sobres y albaranes, je, él fue más valiente y dejó todo por dibujar tebeos, yo reconduje, con infinito menos talento, mi camino dentro de la banca hasta llegar a trabajar en creatividad dentro de la misma, podría haber sido peor.
Tras mandarle todos los dibujos, me los devolvió con pautas de cómo mejorar, todo el ánimo, mil alabanzas, un sobre con su dirección personal y teléfono, dibujos dedicados, y un poster en el que me ponía de "colega". Imaginen esto para un chaval de 16-17 años. Es como si Walt Disney o Jack Kirby te dan un empujón, aunque yo prefiero a Paco Ibáñez.
Ahora que ya está mayor pero que, gracias a Dios, se le reconoce en vida, no me canso de poner en valor la suerte que tenemos la gente de aquí, de contar entre nosotros con un trabajador incansable, accesible a todos en filas interminables de fans, humilde, sonriente y sumamente talentoso. Como ha sido su cumpleaños no se me ocurre mejor forma que felicitarle que con este post, que se que nunca leerá pero que seguro algún fan sí.
2 comentarios:
Gracias Antonio. Y felicidades maestro.
Abrazo fuerte
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